Santa Cruz despertaba este martes con la música de la lluvia intensa. El día es hermoso—amo los días de lluvia, y el hecho de que estaba de ida a liberar un gato montés de su oficina quizá tenía algo que ver. Me acompañaba Flume con Take a Chance. Como es costumbre cuando llueve a cántaros, el tráfico citadino disminuye pero se vuelve más caótico. Peor si ya va a ser hora del timbre de ingreso en los colegios. En una paradoja del tiempo—y del clima—, la gente que está más apurada se ve obligada a ir más lento.
Take a chance
Take a chance
Take a chance
Santa Cruz despertaba este martes con la música de la lluvia intensa. El día es hermoso—amo los días de lluvia, y el hecho de que estaba de ida a liberar un gato montés de su oficina quizá tenía algo que ver. Me acompañaba Flume con Take a Chance. Como es costumbre cuando llueve a cántaros, el tráfico citadino disminuye pero se vuelve más caótico. Peor si ya va a ser hora del timbre de ingreso en los colegios. En una paradoja del tiempo—y del clima—, la gente que está más apurada se ve obligada a ir más lento.